El Aprendizaje Informal en las Organizaciones. Toda organización, en menor o mayor grado, invierte recursos tanto físicos como financieros en educación y desarrollo de sus empleados. Lo hace mediante programas basados en una planificación y objetivos establecidos, que se enmarcan en el aprendizaje formal.
“Estoy siempre listo para aprender, aunque no siempre me gusta que me enseñen”
Winston Churchill
Sin embargo, en los tiempos actuales en los cuales la información y los cambios ocurren a velocidad vertiginosa, este tipo de aprendizaje, altamente estandarizado, no garantiza la necesaria adaptación de la organización a esos cambios. Tampoco permite que la información que se produce en sus áreas de acción y referencia, llegue de manera oportuna a todos los niveles.
Por ello el aprendizaje informal, ese que ocurre de manera tangencial, a partir de actividades que no tienen como objetivo el aprendizaje en sí mismo, ocupa cada vez mayores espacios en el ámbito laboral. Este tipo de aprendizaje, voluntario, no estructurado y oportunista, forma parte de la rutina diaria y se activa por curiosidad o por la necesidad de comprender una situación particular, para analizar o resolver un problema.
Aprendizaje e Innovación
Las organizaciones innovadoras, de avanzada o de clase mundial, han comprendido la importancia de generar espacios para el aprendizaje continuo e informal. Esto resulta en un aumento de la productividad, cuyas reflexiones y conclusiones constituyen un aporte positivo para todos sus integrantes.
Cada actividad realizada por un trabajador, lleva implícita una oportunidad para aprender: cuando pregunta al compañero de mayor experiencia o intercambia conocimiento, cuando aplica diferentes estrategias en la búsqueda de soluciones a problemas específicos. También cuando reflexiona e intercambia impresiones sobre mejoras en los procedimientos. En estos casos, el aprendizaje no recibe ninguna certificación, sino que queda demostrado cuando el trabajo ha sido realizado o el problema resuelto.
Pero, si el aprendizaje informal es voluntario y personal, ¿de qué manera pueden las organizaciones promoverlo?
Eso lo trataremos en un futuro artículo. ¿Te interesa? Si es así deja tu valioso comentario en este Blog.
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Si el proceso de aprendizaje es generado por un facilitador formado y capaz, aquello que se sienta “informal” jamás será improvisado, será intencionado y orientado a la comprensión compartida de la visión estratégica del negocio.
Por eso -como Facilitadores Formados que somos- recomendamos a las organizaciones que decidan convertirse en organizaciones inteligentes iniciando por formar a todos sus relacionados como Facilitadores de Aprendizaje. Esa competencia trascendental, suma a la capacidad de transformación, y a la capacidad de respuesta de la organización a la toma decidida de los desafíos del entorno. Gracias AC
¡Gracias María Mercedes! Me gusta que señales la diferencia entre informal e improvisado.
Cuando un Facilitador se forma a tu lado, es hábil para facilitar de manera informal con gran poder, al igual que en una experiencia de aprendizaje formal. ¡Gracias por tu labor!
En el futuro la competencia de «facilitar aprendizaje» será general para todos.
¡Abrazos!
Gracias Adrián, es una de las mejores maneras en las que aprendo…
¡Gracias Dany por tu lectura! Me gustaría un comentario acerca del fondo del artículo. ¡Saludos!